Traidores y traidoras a los ideales de la izquierda:

A lo largo de la historia ha habido muchos traidores y traidoras a los ideales de la izquierda, personas que decían que gobernaban para el pueblo y que lo único que pretendían era gobernar para su propio bolsillo instaurando regímenes poco democráticos, lo vimos en Rusia con Stalin donde unos burócratas al servicio del terror y el miedo instauraron una dictadura que decían comunista y no era más que un comunofascismo, al pueblo se le imponía el miedo y el terror, se encarcelaba al disidente en gulags o se exterminaba al que pensara diferente, a día de hoy muchas personas se dicen de izquierdas y lo único que pretenden es instrumentalizar a dichos partidos de izquierda para vivir a costa de ellos y traicionando los ideales verdaderamente de izquierdas, la justicia social, la igualdad, el compañerismo, la defensa de la democracia, la solidaridad, etc. Dichas personas se introducen dentro de los partidos políticos y secuestran la democracia interna de ellos, son tecnócratas y burócratas al servicio únicamente de su propio bolsillo y no al servicio de los ciudadanos y ciudadanas que es como debe de ser, al actuar así tergiversan lo que deberían de ser los partidos políticos de izquierdas en el mundo, agentes transformadores de la sociedad, al servicio del pueblo y que gobiernen para y con el pueblo, que cuenten con los ciudadanos y ciudadanas, los escuchen y lleven a la calle políticas de mejora de la vida de las personas. Es una verdadera verguenza que muchos políticos de izquierdas lleven a cabo políticas más próximas a la derecha que a la izquierda, que se bajen los pantalones ante el capital, que abandonen a los trabajadores y trabajadoras a su suerte, que se lleven a cabo políticas que beneficien a unos pocos en vez de a la mayoría, que se descuide a los parados y paradas, que no se tengan en cuenta el esfuerzo de toda la ciudadanía para mejorar las cosas, es decir que siempre pagan las crisis los parados y la paradas mientras que los que provocan las crisis la banca y el capitalismo salvaje siempre salgan beneficiados y se les insufle dinero a costa de todos y todas los contribuyentes. Estoy harto de tanta política de salir en la foto, de tanta política de salón y de despacho, de tanto trepa en los partidos de izquierda, de tanto pijo que busca colocarse y ocupar un carguito en los partidos de izquierda pensando que la política es una profesión en vez de pensar que la política es un compromiso con la mejora de la sociedad, estoy harto de tanto sectarismo en los partidos de izquierda, tanto culto al cargo y al líder, harto de tantos falsos mesías, tanto peloteo y palmadita en la espalda, harto de tanta jerarquía y trato vertical en vez de trato horizontal y vernos como compañeros y compañeras, estoy harto de tanto funcionario que quiere vivir de la política, harto de que los militantes y las militantes no sean tenidos en cuentan, que no haya democracia interna, estoy harto de tantas palabras huecas, de tanta falta de ideología, de tanto falserío, es hora de defender una verdadera ideología de izquierdas, de trabajar para y con la ciudanía, de proponer un programa que favorezca el empleo de los ciudadanos y ciudadanas, una ideología verdaderamente de izquierdas que se preocupe por los parados y paradas por ayudarles a conseguir un empleo, llevar a cabo programas de ayuda a los y a las inmigrantes, una ideología que combata el terrorismo, que combata la xenofobia, una ideología que apueste por la igualdad de todos los pueblos, personas y culturas del mundo, una ideología que defienda la democracia interna dentro de los partidos políticos de izquierda y de la sociedad, una ideología que tenga en cuenta a las bases y a los y a las militantes, una ideología que defienda la horizontalidad, el debate profundo.
Es imprescindible que se vuelvan a recuperar los ideales de izquierda y acabar con tanto trepa que secuestran los partidos de izquierda y desvirtuan las finalidades de los mismos y los convierten en agencias de colocación en vez de en agentes transformadores de la sociedad.
Hay que formar a militantes formados y con ideales, personas librepensadoras, críticas, responsables, honradas, honesta, éticas, cultivadas para tratar de construir un mundo donde se respete la democracia y se lleven a cabo políticas al servicio del pueblo y que cuente con el pueblo.