Quien pierde sus orígenes pierde su dignidad:

Toda mi vida me han ensañado que una persona debe de reconocer de donde viene y estar muy orgulloso o orgullosa de sus orígenes, no avergonzarse nunca ni de donde se es ni quienes son sus padres o amigos o si a podido estudiar o no, una persona es una persona siempre y todas las persona, culturas y pueblos del mundo merecemos respeto y ser tratados por igual, si perdemos nuestros orígenes perdemos nuestra dignidad y ahogamos nuestra alma en graves susurros, no podemos renegar de donde procedemos porque las personas independientemente de donde vengamos merecemos el mismo trato y ser escuchadas y comprendidas, es necesario tender al multiculturalismo, no poner fronteras ni vetos, ni a las culturas, pueblos o personas del mundo, porque nada de lo que le sucede a un ser humano nos debe de ser ajeno, lo que le pase a una persona, pueblo o cultura del mundo nos pasa a nosotros y si lo ignoramos perdemos nuestra condición humana y pasamos a ser meros robots, sin alma, alienados, dinosaurios sociales o personas sin corazón y con un escudo en el alma y cortos de mente. Es imprescindible recuperar la humanidad en este mundo cada vez más deshumanizado y controlado por el capital, es necesario movernos por el corazón y no por el bolsillo, dejar a un lado el miedo que ahoga nuestra mente y nuestro corazón y compartir con los demás porque así somos todos y todas felices y realmente vivimos dos vidas en una y en comunión con la humanidad.